Los años 20.
Los años 20, están principalmente influenciados por los cambios sociales, la liberación de la mujer y la rebelión marcada por el fin de la Guerra; la diversión nocturna, la extravagancia y la sofisticación, hasta la Gran Depresión, el crack de 1929.
La moda femenina cambia absolutamente en las formas y estructuras, se busca una figura unisex que permita equiparse con el hombre, por lo que se masculiniza el look con vestidos holgados de talle bajo, sin marcar caderas ni pechos.La comodidad prima ante todo y los largos de las faldas se van acortando desde el tobillo a la rodilla.
La sencillez de los vestidos de día, está orientado hacia una funcionalidad para el trabajo, con cortes rectos y tejidos resistentes como el punto.
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Para contrarrestarlo, la noche se convierte en un absoluto espectáculo de lujo y expresión; vestidos brillantes con lentejuelas y bordados, pieles, flecos y plumas de marabú.
Una sofisticación exagerada, cargada de complementos como las boas, capas, tocados, redecillas, y algunos masculinos como el bastón, el monóculo y las largas boquillas, en una época en que aquellas mujeres rebeldes llamadas flappers, gustaban de fumar en público.